Ubicación: C/Gerifalte, 113. Urbanización Molino de la Hoz, Las Rozas, Madrid
Proyecto: 2013
Arquitecto: Mariano Molina Iniesta
Colaboradores: José Luis Zabala de Lope, Enrique Sánchez Vázquez
Medición y Estudio de Seguridad y Salud: Juan José Herranz Calleja
Ejecución: 2014-2015
Director de obra: Mariano Molina Iniesta
Director de ejecución y Coordinador de Seguridad y Salud: Juan José Herranz Calleja
Colaborador: José Luis Zabala de Lope
Empresa constructora: IE Sodelor (Francisco Hernández, jefe de obra; Ignacio Bellón, encargado de obra). Carpintería de aluminio: Technal (Aluminios San Nicolás). Fabricante de ladrillos: Cerámicas Manuel Torres.
Superficie construida: 459,1 m2
Fotografías: Miguel de Guzmán
Sobre una parcela en pendiente con unas vistas privilegiadas, se pidió la construcción de una vivienda esencialmente en un solo nivel, en la que la cocina debía ser un elemento protagonista. Con estas premisas, junto con la voluntad de capturar el espacio abierto anexo hasta donde fuera posible, se organizó la casa alrededor de dos patios: uno denominado patio de sol, orientado a levante y mediodía, en el que se sitúa la piscina, y un patio de sombra, orientado a norte, de carácter más íntimo e informal; la cocina actúa como elemento de conexión y articulación, participando simultáneamente de ambos. La piscina se prolonga en forma de estanque hasta su borde mismo y la anima con un juego constante de reflejos.
A continuación la zona de estar, que ocupa la posición central del esquema, vuelca hacia el patio de sol y gira en torno a una gran chimenea colgante, que define dos ámbitos diferenciados. Rodeada de luz cenital y de un techo en forma de impluvium, la chimenea se convierte a mediodía en una gran linterna que ilumina toda esta área central. Finalmente, los dormitorios se agrupan en dos volúmenes que se despegan de la parte más baja del solar y dominan el paisaje a modo de atalayas.
Constructivamente se buscaron texturas gruesas y presencia de la materia: por debajo del nivel de piso domina un hormigón levemente abujardado, y por encima de él un ladrillo de fabricación manual que hacia la calle se manifiesta como una envolvente prácticamente continua, sólo salpicada ocasionalmente por celosías de mismo material.