Ubicación: C/ Serrano, 220. Madrid
Fecha de proyecto: 2015
Colaboradores en fase de proyecto: Belén Collado González
Fecha de ejecución: 2015-2016
Colaboradores en fase de construcción: Belén Collado González, Comercial Illescas
Superficie construida: 204,25 m2 (vivienda) + 124,04 m2 (terraza)
Fotografías: Miguel de Guzmán
Enfrentados a veces a la pregunta “¿qué clase de arquitectura hacemos?”, la respuesta más convincente es probablemente “la que las circunstancias permiten”. Esto es particularmente cierto en el caso de una reforma, en la que las preexistencias, sumadas al programa y a los deseos del cliente, dejan poco margen para una propuesta puramente especulativa.
Afortunadamente, en este caso las preexistencias daban bastante flexibilidad: toda la estructura vertical era perimetral salvo un pilar central al que se adosaba un patinillo de ventilaciones. Esto permitió reorganizar la vivienda al nuevo programa con cierta facilidad e incluso crear situaciones poco habituales en el centro de la ciudad, como la posibilidad de dominar el paisaje hacia tres puntos cardinales desde la cocina (levante), dormitorio principal (mediodía) y sala de estar (poniente). Estos tres grandes miradores permiten, especialmente en invierno, que la luz natural inunde la casa en momentos concretos del día.
Más allá de las ventajas brindadas por la triple orientación de la vivienda, elementos como el mirador del salón-comedor o la escalera que conecta con el nivel superior se aprovecharon para jugar con la sutileza de una esquina de vidrio o una zanca colgada, que tratan de convertirse en los elementos que atrapen la visión del espectador.
El nivel superior es una situación absolutamente excepcional para disfrutar del perfil de toda la mitad sur de Madrid, que contaba con un espacio preexistente cuyo volumen no se podía modificar, en el que se replicó la triple orientación del nivel inferior. Se aprovechó además la presencia del patinillo de ventilación para crear una linterna de alabastro que inunda de luz cálida todo el espacio de la terraza durante la noche, y que se asoma tímidamente sobre la calle Serrano. Su posición de charnela da unidad a los diferentes ámbitos exteriores, pero en cualquier caso no pretende, y probablemente no puede, competir con la visión del perfil de la ciudad.